En innumerables ocasiones me cuestionan… ¿Cuánto vino es apropiado tomar? La respuesta chusca que se me ocurre de inmediato es… “¡Dependiendo de tu capacidad!”
Sin embargo, lo primero que quisiera recalcar es que el vino NO es una bebida para embriagarse, sino para degustar, disfrutar, compartir y tener una experiencia gastronómica integral con platillos que mariden apropiadamente, amén de los beneficios comprobados que otorga a nuestra salud el tomar vino con moderación... Digamos, una copa al día.
Por otro lado, trasladándonos por la historia del vino, – Nos lo describe el insigne aeda invidente, Homero incansablemente en La Ilíada y la Odisea, y numerosos autores de la Antigua Grecia – los griegos bebían vino dulce mezclado con agua en cráteras (Ver imagen), que eran vasijas de cerámica de gran capacidad destinadas a contener la mezcla con la que se llenaban cuencos (kílixs) a través de un copero. Prácticamente nunca bebían el vino sin mezclar con agua.
CRÁTERA GRIEGA
KÍLIX (Cuenco griego típico)
¿Y que tiene que ver todo esto con la cantidad recomendada de vino a tomar?…
Eubulo, comediante ateniense que parodiaba cotidianamente las tragedias de Eurípedes en el siglo IV a. C., nos recomienda que tres cuencos (kilix) eran la cantidad idónea de vino a consumir.
Curiosamente, la botella actual más común de vino contiene 750 ml., y un cuenco griego (Kilix), promedia 125 ml., lo que nos da 6 cuencos griegos de vino por botella. Consumida la botella actual entre dos personas, nos ofrece exactamente tres cuencos de 125 ml. por cada una de las 2 personas.
Eubulo, en su obra de circa 375 – 360 a. C., Sémele, (Madre de Dionisio, dios del vino), nos describe con sapiencia y con comicidad irreprochable, lo que sucede si continúas bebiendo vino después de la cantidad recomendada…
“Tres cuencos mezclo para los moderados: uno para la salud, que vacían primero; el segundo para el amor y el placer; el tercero para dormir. Cuando este cuenco se bebe, los invitados sabios se van a casa.
El cuarto cuenco ya no es nuestro, sino que pertenece a la violencia.
El quinto al tumulto; el sexto al regodeo beodo; el séptimo a los ojos negros; el octavo es el de la policía; el noveno pertenece a la bilis, y el décimo a la locura y el lanzamiento de muebles…”
EUBULO (circa 400-340 a.de C.)
De tal manera que beber con moderación, o sea, 3 copas de vino entre 2 comensales de una botella actual, nos pone en sintonía con nuestros ancestros griegos, no faltamos a sus normas de moderación y no dejamos residuos en una botella de nuestro elixir preferido.
Con todo ello, el consumo de dicha cantidad de vino, obliga a que nos abstengamos de conducir cualquier vehículo motorizado y que guardemos las normas de conducta y cortesía ante todo y todos… ¡Salud!